Sí, es él. El idiota del auto rojo al que estuve puteando mentalmente es el candidato de mi cita. Podría haber negado lo evidente y decir «No, no soy Amanda. Me llamo Alicia y estoy esperando a una amiga», pero ya vio fotos mías y además estoy en un estado de shock que me impide pensar con rapidez.
Trato de acomodarme a la situación y usar mi enfoque positivo en tratar de pasar el mal momento lo mejor posible. Me digo que no es tan grave, es como si me hubiera quedado encerrada con un desconocido en el ascensor, como si me hubieran sentado al lado de un insoportable en un casamiento. Tengo que mantener una charla insustancial hasta que se pase el tiempo mínimo para recuperar mi libertad y huir para siempre.
Así que finjo una sonrisa, pero mientras digo «Hola, Mauro» pienso que quizás fue solo un mal comienzo. Todos cometemos errores, a veces en el peor momento. De repente, me escucho decir:
– La seguridad vial no es lo tuyo, ¿no?
Estoy deseando escuchar «Sí, la verdad… no sé qué me pasó. Cuando ví ese lugar, no lo pensé. Después me di cuenta de lo que había hecho y no lo podía creer»…
Pero Mauro se encoje de hombros y con un gestito despectivo, contesta:
– Y bueno, tenía que estacionar.
NEXT y recontra NEXT, pero antes ¿no teníamos una cita pendiente?
Así que con paso lento, me dejo conducir hacia una de las mesas y pido un café. Uno chiquito, sé que nunca más me va a volver a ver y me parece justo que su inversión en mí sea mínima. Empezamos a tratar de hilar alguna conversación y de alguna manera nos ponemos a charlar sobre los idiomas. Hablamos del inglés, del alemán, del hebreo… Le cuento que hace poco Juli dio el tercer nivel del examen internacional de japonés. Sé que eso inevitablemente va a rellenar la charla por unos minutos con las preguntas que casi todo el mundo hace sobre el japonés. ¿Es difícil? ¿Cómo se escribe?…
Todavía me siento un poco incómoda, pero no es peor que otras citas que tuve. Mauro me cuenta que también estudió algo de ruso.
– ¿Ruso? -pregunto. ¿Por algo en especial?
– Lo que pasa es que viajé un par de veces a Rusia- me explica- y me interesó estudiar el idioma.
– ¡Rusia! Es fascinante… ¿Cómo es? ¿Qué es lo que más te gustó?
Y Mauro me cuenta.
Yo esperaba que me hablara del patrimonio cultural o de la arquitectura o de las dificultades de la transición entre el régimen comunista soviético y el capitalismo posterior a la caída del Muro. Pero Mauro arranca diciéndome que las rusas son muy bonitas y que están prácticamente desesperadas por salir con extranjeros. Por lo cual, le fue muy fácil levantarse a una rubia espectacular, a la que por supuesto, quiso llevar a la habitación del hotel donde se alojaba. Sin embargo, la corrupción que reina en la Rusia postsoviética es tal que el recepcionista del hotel osó pedirle plata para dejarlo pasar al cuarto con la rubia.
Por supuesto que Mauro no iba a tolerar semejante atropello. Se peleó con el recepcionista y bla, bla, bla. No me queda claro que pasó con la rubia, si fueron a otro lado o si consiguieron pasar, pero considero que puedo sobrevivir sin esa información y prefiero no preguntarle. No dudo de la veracidad de la historia, pero no entiendo para qué me la cuenta. Sin embargo, todavía no había terminado.
Desconforme con haberse limitado a pelear en medio de la noche, al día siguiente aprovechó que el lobby estaba mucho más concurrido para gritarle delante de más gente. «Para humillarlo públicamente» me dice con el tono de un héroe de la Liga de la Justicia.
No sé que decir, no sé adónde mirar. Y lo más importante, no sé cómo huir. Lamento con toda mi alma no estar en un evento de speed dating y que una campana salvadora se lo lleve al infinito y más allá a los 8 minutos. Yo moriría antes de contar algo así en la primera cita. Ni en la tercera, ni en la quincuagésima sexta. Lo ocultaría para siempre o solo lo confesaría en una borrachera. Pero Mauro parece orgulloso de su relato.
¿Por qué no puedo simplemente levantarme e irme? -pienso. Pero sigo sentada frente a mi taza vacía de café. ¡Malditas reglas sociales!
jaja! que increíble!
Pero por desgracia, existen tipos así, que creen que vamos a caer rendidas a sus pies, luego que nos cuentan (en una primera cita!!) sus capacidades de conquista, sus desubicaciones, etc…
Aquí en Montevideo, no existe (que yo sepa) el speed dating, pero sí Match. Y confieso, que al igual que tú, me topé con muuuchos fiascos.
Cuando ya estaba desilusionada, e iba a las citas, por ir (me entusiasmaba más quedarme en casa en chancletas) conocí al hombre de mi vida.
Si querés, por privado, algún día te cuento. 🙂
Un beso.
Contame cuando quieras. Si te interesa lo publicamos en «La mejor cita de mi vida» ¿O deberíamos llamarlo «por fin, lo encontré?» 🙂
Besos
en las citas que vez que no van ni para adelante ni para atrás… hay que pedirse vodka.
sean las ocho de la noche, las tres de la tarde, o las diez de la mañana. VOOOOOOODKA. VODKA.
Como idea está buena, pero tendría que haber dejado el auto en Palermo y volverme en un taxi.
Quizás hubiera valido la pena…
Que tipo imbancable… pero cuantos de esos hay…los que se creen unos vivos bárbaros… pero son todo lo contrario…. que mal momento.
De golpe hubieras recordado que dejaste cocinando papas en tu casa… o alguna catastrofe asi que facilite la huida… también , como dice V hubiera estado bueno pedirse vodka, o un baileys o algo asi, cuanto mas caro mejor, tomarselo rápido, decirse que está muy bien por haberlo soportado aunque fuera un rato, y dejarlo con la cuenta en la mano…. Estas son la veces que uno empieza a perder de vista la diversión del asunto de citas…hasta que aparece. NEXT!!! que pase el que sigue!
😉
beso
A veces pienso que soy demasiado selectiva en mi bùsqueda, pero con estas citas me doy cuenta que no es tan así 😉
Besos
Qué tipo desagradable!!! Aunque suene descortés es para decirle «no comparto tus opiniones, por lo tanto me retiro»!
Alguien debería ponerlos en su lugar a estos ejemplares.
NEXT!!!!!
Supongo que es posible, pero prefiero una huida de perfil más bajo.
¡Obvio que NEXT!
Pienso que uno cuando llega a cierta edad (como la nuestra) debería ser licito cagarse reverendamente en algunas reglas sociales como esta.
Una vez tuve una cita asi, me pasó a buscar y cuando subí al auto cometí la estupidez de decir «que rico perfume» y ahi vino la respuesta como un baldazo «te gusta? me lo compre en miami» …. Esa simple frase fue el anticipo de la peor cita de mi vida, pero tenía 23 años y no me atreví a cortarla antes de que pusiera primera y arrancara no solo el auto sino la catarata de pelotudeces que vinieron despues!
besos y que el próximo sea mejor
Claro,lo que pasa es que es tan fácil levantarte directamente e irte. Nos debés esa cita para «La peor cita de mi vida».
Besos
«cuando llega a cierta edad debería ser licito cagarse reverendamente en algunas reglas sociales»
¡Qué buena frase!
Los que te cuentan experiencias de ese estilo y toman la palabra, son la gran mayoría y cuanta más edad tienen, peor.
Ahí es cuando es conveniente decir que tenés que hacer algo después. Llevar el plan B.
Suelo cortarlos, en algún momento de silencio que se dé, y decirles que debo irme.
Algunas citas no pasaron de 15 minutos.
Besos 🙂
Lady Baires
Tengo que aprender el arte de tener citas de 15 minutos 🙂
Besos
diosss qué estúpido!
neeext total
pero está bueno volver al ruedo jajajajj
besos
Con citas como esa, no…
Besos
Hace mucho que leo tu blog y nunca comente. Empiezo hoy.
Como coincido malditas reglas sociales! Suelo ser bastante directa pero me ha pasado de sentir que no puedo levantarme e irme, aún cuando el ejemplar enfrente mío me esta diciendo que les cobra a sus compañeros de trabajo por los «favores» que les hace cuando reciben su sueldo! Tremendo
Bienvenida 🙂
Como decía antes, desde afuera una dice «me levanto y me voy», pero una vez ahí no es tan sencillo.
Besos
no vodka no! porke te tira para el malviaje…
mejor tequila!
El peligro es que, como nunca tomo nada, me emborrache en seguida y me ponga a contarle mis secetros más intimos…
Qué tipo idiota!!!
Esto no te hace pensar que quizás los que descartás porque te parece que no van, también te puedan sorprender pero para bien?
Es difícil arriesgarse, pero….
Mejor mala ortografía (aunque no la soporto) que un imbécil de este tipo! jajaja
besos!!!
Es la gran duda y una falla de las impresiones a primera vista.
Besos
Auto rojo, pasado en Rusia, falta de respeto por las leyes…. ¿no sería un agente de la KGB?
El blog, cada día mejor (y no hace falta que lo digan en Perfil). Tu ex, un caballero. Besos.
No lo había pensado… ¿me habré citado con un ex espía soviértico? 🙂
Gracias.
Mi ex, también tiene sus defectos compensatorios. Si no, seguríamos casados.
Besos
Ya sabes, la próxima vez no quedes con un conductor….
Bueno, hay conductores que son gente maravillosa. Yo por ejemplo ;-P
Nonononó! hay que encontrar un método para huir rápidamente de esas citas, no es humano quedarse ahí, plantificada, sufriendo y esperando el momento de salir corriendo. Esta situación debería estar prohibida por la Convención de Ginebra. Yo pregunto: está muy muy mal parar la pelota y decir, después de la anécdota de la rusa divina: «Por qué no lo dejamos acá? me parece que vos y yo no congeniamos». Hablo por boca de ganso, eh? Nunca tuve en frente a un Mauro Conductor Intrépido y tal vez lo que digo es simplemente la fantasía de toda mujer que tiene en frente a un MCI (qué bien queda este caso tipificado así, con una sigla, no? jaaaa!), pero que no puede llevarse a cabo por lo que vos contás, las «malditas reglas sociales».
VERITO: cuidado con eso de encararlo, sino lee lo que me pasó a mi en este blog en «la peor cita de mi vida de Nunatak».
Bueno, supongo que se puede, pero es para alguien menos cobarde que yo 😉
mis primeras impresiones no suelen fallar, la pregunta que me hago es: porque sigo adelante. tiempo mas, tiempo menos se confirma esa primera mirada. estoy dando otra oportunidad? soy amable y no quiero que se sienta mal? o no quiero quedarme con las manos vacias?
muy buen post amanda!!!!
Lo de que la primera impresión es cierta tiene sus excepciones. No ésta, obviamente.
Creo que uno se queda por un tema de cortesía, ya no espera nada.
Besos
La próxima cita (con otro obviamente) por las dudas pedile a una amiga que te llame una hora despúes del encuentro y contestale como si fuera una de tus hijas que tiene algún problema y necesita que vayas a buscarla a algún lugar (siempre y cuando el candidato sea un boludo importante al estilo Mauro) así tenés como huir; en el caso de que te interese el candidato contestas el telefono y decis: «estoy ocupada» o algo parecido.
Igual… conociendome… yo en tu lugar me hubiese ido, me hubiese costado mucho contenerme de decirle que me parece un tarado… tengo poca paciencia jajaja
Besos!!!
Una hora es la duración de una cita standart. A esa altura ya te podés ir sin excusas. Pero es demasiado. Una hora con un plomo pasa muy lento.
Besos
Entiendo lo que sucede con eso de no levantarse e irse. Generalmente a las mujeres nos cuesta mas que a los hombres eso, porque siempre nos dijeron que teníamos que ser amables y educadas.
Por un lado, aparece ese tema de «ser buenitas» y por otro el morbo, seguir en la cita » para ver que va a decir después».
Y por otro lado más, el clásico miedo al «que dirán» o qué pensará de mi si me levanto y me voy , con excusa o sin excusa.
Chicas, en las citas, siempre una excusa , un telefono que suena, ALGO que salve la situación.
Si no, sincericidio total y huida.
De acuerdo.
Cualquier excusa vale 😉
Lo mejor, agarrar el celular y atenderlo como si hubiera vibrado diciendo «perdoname un minuto, es de casa» . Hacés que hablás y al cortar
decile «hubo problemas, tengo que irme».
No falla, jejeje.
Algo intenté más tarde 😉
Una vez tuve una cita me-mo-rable con un personaje que tenía ¡tres! tics en simultáneo. Cita: duró 50 min y me fui.
REGLA DE ORO: Primera cita , después del laburo a la hora del café. El tiempo de un café y no más. A la hora de cenar, ya te vas. Nunca sábado a la noche.
Hacerte llamar por alguien es peor que decir : «Creo que no congeniamos». Bien Amanda, neeext….. Son los «Maestros de lo que NO queremos».
Tu regla de oro también es la mía. Primera vez siempre un café.
Lo que pasa es que a veces, hasta eso es demasiado.
Un pelotudo importante…. ufff!! q densooo
cuanto tiempo te lo aguantaste??
besos
Casi una hora 😦
Besos
Amanda,una hora es mucho tiempo para alguien tan insoportable,coincido con los comentarios anteriores,a los cinco minutos agarras el celular y le decis que tenes que ir a ver a una paciente ,que despues lo llamas
Es muy buena idea, quizás me convendría tomar unas clases de teatro para ser más convincente.
Beso
La verdad es que me pasa lo mismo que a Mandy, casi siempre. Estas situaciones me paralizan y no puedo zafar.
Me quedo tiesa, deseando la muerte y rogando que todo termine de la forma más rápida e indolora posible.
Sabía que no era la única 😉
Si quisieras un hombre de verdad tendrías que salir conmigo jeje…
Ay, a todas les dirás lo mismo… 🙂
Por Dios! Que tipo pelotudo! La verdad, Amanda, que fiasco…. No podrias haber inventado una excusa tipo se me hace tarde, mañana me levanto temprano, vivo en la loma del orto? jajajaja yo tengo esas excusas preparadas y cuando tengo citas procuro que sean en dia de semana, total, si me gusta, concerto otra, la de verdad…
Fue lo que intenté hacer…
Yo seria capaz de decirle «esto no resultara, un gusto» e irme casi que corriendo!
saludos
Yo no 🙂
Besos
Un tipo magnífico; uno no deja de sorprenderse. Sigo leyendo. Un beso.
Sí, fue un placer conocerlo 😉
Beso