Manual del usuario: ¿me meto en un portal de citas? (II)

Otras preguntas que conviene hacerse antes de correr a anotarse son:

¿Qué busco?

Todos tenemos un ideal, pero puede ser que esa persona viva en Kiev o del otro lado de un lago y …(no, eso era una película ;-)) Es mejor buscar entre las oportunidades reales que se nos presentan. Que no van a ser pocas, recuerden que les dije que el punto fuerte de los portales de citas es la cantidad.   Pero, por otra parte tampoco es viable la idea de citarnos con los cientos de personas que nos arroje una búsqueda y además, en el  hipotético caso de que fuera posible, la proporción de citas desastrosas, ¡sería catastrófica!

Así que con buen ánimo y mucha paciencia hay que usar la batea de los buscadores de oro y empezar a filtrar. Lo cual dicho así parece fácil, pero no lo es tanto. Es decir, la mayoría de los perfiles se filtran solos. En lo personal, faltas de ortografía, fumadores, que «Un libro, una película, un concierto o una obra de teatro con la que he disfrutado recientemente» sea una película pedorra de los 80, que busquen «divertirse» (=sexo gratis) con mujeres «que no sean complicadas», «sin rollos», «histéricas abstenerse», se descartan con la primera lectura.

Después hay perfiles geniales que nos enamoran a primera vista y que pueden corresponder a gente ídem… o no. Pero sentimos que vale la pena sacarnos la duda. Y finalmente la mayoría, esos perfiles «grises» que no tienen nada a favor,  pero tampoco en contra. Esos perfiles que en un mundo ideal y con la paciencia de Buda, nos dedicaríamos a averiguar quién se encuentra detrás de ellos. Pero, como dije antes todo es finito, el tiempo, las ganas, la paciencia, la tolerancia a hablar idioteces, a tomar litros de café en citas… Por eso aplicamos algún critero de selección personal que dista de ser perfecto. Seguramente descartamos de entrada gente valiosa (y los demás harán lo mismo con nosotras), pero no queda otra. Sobre todo si pensamos las citas que tuvimos después de tanto filtro 🙂

No es lo mejor engancharse con el primer@ que muestre interés en un intento de abreviar el trámite. Pero tampoco es realista armarnos un modelo a medida de nuestros ideales. Cada uno de nosotr@s tiene su idea de que cosas son negociables y cuáles no. De todos modos, algunos de esos ítems pueden ir cambiando a  medida que vayamos conociendo más gente. Lo que pensábamos que era imprescindible, resulta no serlo y valoramos otras cosas. Pero «El precio de la entrada» existe y saberlo ayuda.

Para terminar, Ceci me recuerda (gracias) que no dije nada sobre las opiniones, las nuestras y la de los demás.

Nuestra opinión

Ceci cree, y coincido con ella, que si pensás que usar un portal de citas online es de desesperad@s, indaptad@s sociales sin otro recurso, inconcientes, que son lugares donde la gente se exhibe como en las góndolas de un supermercado o cualquier otra cualidad negativa, esa modalidad no es para vos. Por más que haga mucho que estás sol@ y no veas otra salida. Por más que todos tus amigos te digan que es la solución. Por más que leas decenas de historias cibernéticas con final feliz. Tené en cuenta que requiere buena predisposición y cierta apertura mental. Es improbable que nos vaya bien si lo encaramos con grandes prejuicios.

Quizás simplemente no sea el momento. Tod@s tenemos nuestras dudas al principio, pero si es más que eso es mejor esperar.

Las opiniones de los demás

¿Decirlo? ¿No decirlo? Decirlo implica tener que escuchar la opinión de los otros, a veces  desde la ignorancia y el prejuicio. Con el entusiasmo del principiante, al comienzo se lo conté a todo el mundo y no creo que haya sido una buena idea. Como opinión personal, creo que lo mejor es compartirlo con los íntimos y con gente en la misma situación. A menos que querramos hacer prácticas de contestar amablemente cosas como éstas (puede servir como valioso entrenamiento para citas ;-)) :

¿Por qué no te anotás en un curso? R: Porque ya voy a un montón de cursos, seminarios y conferencias y jamás me sucedió que un hombre me dirigiera la palabra.

Parecés desesperada. Yo jamás haría eso. R: No lo hagas, yo no te voy a criticar 🙂

Se te va a dar cuando menos lo busqués. R: Claro, es verdad. La mayoría de la gente encuentra su pareja quedándose en su casa a mirar DVDs en pijama.

Y hay mucho más. Continuará, pero más adelante. Mientras filosofaba sobre las citas online como si supiera, pasaron algunas cosas que debería contarles…