El fantasma de la Navidad pasada

Al final decidí anotarme en el seminario de etiqueta para citas. Suena como que los más beneficiados van a ser los organizadores, pero ¿quién sabe? por ahí aprendo algo nuevo, algo que todavía no se me había ocurrido…

Estaba completando el pago online cuando veo de reojo que  una ventanita del Gmail Notifier aparece y desaparece llevándose el nombre de Pablo… ¿Pablo?. Abro rápidamente mi correo y no, no me había parecido. Leo intrigada:

Re: Ya estoy en casa
De Pablo C…. para usuario

Hola Amanda:
¿Qué pasa?
Llamame cuando quieras o decime cuándo hacerlo.

¿QUÉ? Lo leo varias veces pero sigo sin entender qué me quiere decir. En primer lugar no terminamos en buenos términos, por lo que no sé a que viene ese interés repentino en averiguar «qué pasa». Además no me pasa nada en especial, por lo menos con él. Pero lo que más extraña es que quiera comunicarse conmigo (¿para qué?). Ustedes no lo conocen a Pablo, pero les puedo asegurar que nunca, ni siquiera en los primeros tiempos en los que estaba super enganchado, se interesaba en llamarme. Así que el ofrecimiento me suena francamente raro.

Pero no es lo único extraño. Como borré todos sus mails anteriores, no puedo comprobarlo, pero estoy segura de que «Ya estoy en casa» es uno de los que le mandé mientras estábamos saliendo. No entiendo porqué usa un mail tan viejo para «responderme». Lo único que me queda claro de todo este embrollo es que Pablo no borró mis mails. Pero sigo enojada con él y me fastidia que salga de la nada para seguir molestándome, así que le contesto fríamente:

¿? No sé de qué me hablás
Yo no te mandé nada (tampoco me pasa nada en particular)
Amanda

Envío este mail y con él todo vuelve a la normalidad. Dicho en otras palabras:  pasan las horas y  Pablo no me contesta. Y nada de «no lo vió». Pablo moriría sin estar conectado las 24 hs con su BlackBerry. Mientras tanto yo paso de un leve enojo a la exasperación. Esta vez no me la busqué. Estaba tranquilamente en mi casa en pantuflas, regando las plantas, leyendo…Y aparece Pablo para molestarme con un mensaje incomprensible y desaparece sin ninguna explicación. Por lo menos que me diga para qué me escribió.

Por favor, ¿me podés decir a qué venía el mail que me mandaste?
Es por simple curiosidad epistemológica…
Amanda

Y el señor «siempre online» me contesta al toque:

Yo no te mandé eso. Estoy en Mendoza con mis chicos.
Pablo